martes, 3 de abril de 2012

La ermita de Gerian

Ayer fuimos donde Cristo dio las tres voces, a Gerian.
Es un caserio de cuatro o cinco casas que queda casi a mil metros de altitud.
Hacia por lo menos diez años que no ibamos y me apetecia. Aqui cansas de ver siempre lo mismo.
En aquella época había tres vecinos que no se hablaban entre si. Ahora no se porque no entramos. Nos fuimos directamente a la ermita.
El caserio se ve al fondo.
La carretera asfaltada pero estrecha, el paisaje de secaño. Como no llovio en la isla en todo el año se nota. Mucho cardo seco por el camino. Cuando estan en flor debe de estar precioso.
Dia soleado y estupendo.
Gerian por lo visto es un brujo de las leyendas gomeras.
¿Que se nos había perdido allí?
Ibamos a esperar (en la ermita) a unos amigos de Tenerife que hacían caminando una ruta que sube desde Gran Rey hasta allí. Desde el mar hasta los mil metros. O sea todo el tiempo trepando.
Habiamos quedado a las dos y media y esperamos, esperamos, esperamos.
Cuando llegamos, crei que ibamos a estar solos, estaba un aleman esperando a su mujer que subia sola por una de las rutas. Charlamos con el. Nos conto que llevaban 29 años viniendo, que en invierno vivian en Canarias y en verano en Alemania. Sacamos la conclusión que les resultaba más barato vivir en las islas.
La mujer una valiente, porque subir por aquellos riscos sola durante 4 horas se las trae.
Fueron llegando más turistas con sus mochilas y sus bastones. Otro aleman mayor que hacía 30 años que venia por aquí y era muy hablador.
Asi que nos entretuvimos.
El tiempo pasaba y nuestros amigos no aparecian. Los turistas siguieron su ruta.
La ermita la hizo un señor sobre los años 50 del siglo pasado.
Hay dos versiones:
Una que cuenta que tenia una vaca que se despecho por los riscos y entonces prometio a la virgen que le hacía una ermita si conseguia salvarla.
Y otra que habla que su mujer estaba enferma y cuando sano en agradecimiento a la Virgen le hizo la ermita dedicada a la Virgen de Guadalupe que es como se llamaba su mujer.
Intentamos corroboran las historias pues el hombre, en aquella época, todavia vivia en una residencia de ancianos y allí nos presentamos.
Mision imposible. El hombre ya tenía la cabeza fatal. Intentamos preguntar a sus compañeros de residencia y la primera que nos contesto dijo que se había hecho en el años 2.000. Me entro un ataque de risa y tuve que irme a toda velocidad, pues todavia estabamos como en 1.998.
Le dije al de siempre:
-Vamonos, que esta gente ya no esta para muchas preguntas.
Nuestros amigos seguian sin llegar. Esperamos, esperamos, esperamos.
Acabamos quedando solos y me dedique a retratar lo que tenía a la vista que era todo igual, montes pelados.
Al fondo se ve al de siempre esperando.
Ya eran las tres y media y allí no aparecia nadie. Además no podiamos contactar porque no había covertura.
¿que hacemos? me dice mi marido?.
Podemos esperar hasta las 4 y media y despúes nos vamos.
A todo esto sin comer.

Carretera por donde llegamos. Cabia un coche y gracias. Menos mal que no nos cruzamos con nadie.
Eran ya las 4 y seguiamos esperando. Hay que reconcer que paciencia tenemos.
Por fin nos pudieron llamar por telefono, estaban llegando.
Seguimos esperando. el tiempo empezo a enfriar y el de siempre se pudo toda su artilleria.
Me fije que en un risco estaba un telefono para llamar a un taxi lo que me parecio muy buena idea.
Esperamos.

Estabamos solos en el mundo. Alguna tabaiba de vez en cuando.
Al fin llegaron hechos polvo. Tardaron 4 horas en lugar de las dos previstas y sudaron pues la ruta era muy peligrosa y tuvieron que trepar mucho. Además se encontraron a una alemana con un niño de 10 años varada en un punto que no se atrevia ni a subir ni a bajar. Tuvieron que ayudarla todo el camino.
Mi amiga dijo que nunca había pasado tanto miedo.
Al fin comimos a las cinco en El Cercado. Comimos bien.
De vuelta a casa sobre pasadas las ocho de la tarde vimos llegar al ferry de Olsen.
Fue un día de mucha espera. Eso si, tomamos mucho el aire puro de la montaña.
No creo que vuelva a ir por esos parajes más en mi vida.

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