domingo, 8 de mayo de 2011

San Esteban de los Buitres


Podía llamarlo el blog de los tejados perfectamente.
Circulábamos por la carretera AS-12 de vuelta de nuestra excursión, cuando Magui reparo en el mapa en un pueblo de nombre curioso, San Esteban de los Buitres.
Camino de Navia, entre Boal y Pezoz se ubica.


Si no nos hubiera llamado la atención su nombre, no lo hubiéramos visto.
Solo asoman por la carretera sus tejados.
En pleno Valle de Navia, con el río Navia a sus pies, se cuelga sobre el desfiladero.


Como era ya tarde, no lo visitamos en profundidad, pero lo apuntamos para la próxima.
La iglesia de suelo de piedra creo que es muy interesante.
Tiene 20 vecinos y parecen de pocas palabras.


Las casas de piedra y pizarra, de calles angostas e inclinadas.
Se dice que pudo ser una antigua judería por su semejanza con esta arquitectura.
A saber. Hay mucha imaginación por ahí suelta.


Lo que esta claro, es que lleva ese nombre por los buitres que había hace 50 años.
Ahora no pasa como en Dakar que se instalan en tu terraza.


Para empezar nos costo dar con la entrada del pueblo.
No hay carretera y tienes que dejar fuera el coche.
En la foto de abajo el río Navia visto desde arriba.



Esta profundo, pero le pude el zoom y parece más cercano.
Todo lo que tenga agua me gusta.


Al fin dimos con esta entrada. Unos 100 metros asfaltado.
Lo primero que nos echamos a la vista fue este hórreo estilo gallego, de pizarra y como un catafalco.
En una ocasión leí a una extrajera que cuando visito Galicia, pensó que era donde enterraban a sus muertos. Eso por no preguntar.



Como podéis ver se parecen poco a los típicos asturianos.
Nos metimos por este caminito y anduvimos un poco para cotillear.


Muchas casas están unidas por los corredores.
Por lo visto, antiguamente había muchos lobos y así podían pasar de una a otra sin peligro de tropezarte con uno.


Por allí cerca hay miradores sobre el río y varios castros.
Y recuerdo una higuera, "figar" como dicen en Asturias, cargada de higos.
Todavía estaban un poco verdes pero comí alguno.


Por ese callejón de abajo se entra en el pueblo.
Nos pareció un sitio muy curioso, y la verdad, nunca habíamos oído hablar de el.


Resulta, que ahora de vieja empiezo a conocer la Asturias profunda.
Es una experiencia muy gratificante.
Ya tengo varias excursiones pensadas para este verano.


No se porque, pero me gustan más los pueblos que las ciudades.

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