Aprovechando la reunion familiar decidimos darnos un garbeo por la zona del Bierzo. Con ese motivo nos quedamos dos noches en Ponferrada de la que hablare más adelante. Ponferrada es mucha Ponferrada.
Comenzamos el dia tropezando con un lugar que nos privo, Valdefrancos de Valdueza. Para empezar nos cogio por sorpresa, no sabiamos de su existencia.
Esta a 8 kilómetros de Ponferrada, municipio al que pertenece.
Su iglesia del siglo XVIII fue la que nos hizo hacer un alto en el camino.
Luego nos fijamos que todo el pueblo era una preciosidad.
Dado su nombre, deduzco que los progres de este pais todavía no se han percatado porque si lo hubieran hecho lo habrian llamado Valdezapatero de Valdueza o se lo hubieran cambiado rapidamente.
Se encuentra en el Valle de Oza. Tiene 27 habitantes y su media de edad es de 70 años.
Debe de hacer bastante frio pues su temperatura media al año es de 10 grados.
El rio Oza pasa por el medio.
Hasta una cigüeña se enamoro de la zona y anido en lo alto del campanario.
Hay rincones que se hacen querer y este es uno de ellos.
Hasta tiene su puente medieval de piedra con su arco de medio punto.
Se dice que lo utilizaban los monjes para ir a los monasterios que hay más arriba como el del monte de Valdueza.
Claro que no habia que ser un superman para cruzar el río que es un regatin.
Un sitio pequeño, pero grande por su encanto. Solo por verlo nos hubiera merecido el dia que fue intenso.
Y como punto final la estampa bucolica del pastor con sus ovejas y sus perros. Perros llevaba unos cuantos que cumplian bien su misión de vigilar y azuzar el ganado.
Tuvieron la gentileza de retirarse de la carretera y dejarnos pasar.
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