martes, 8 de noviembre de 2011

Faro de San Cristobal. La Gomera

Esta mañana me levante con ganas de andar, así que le dije al de siempre:
- Subeme hasta el faro que bajo andando.
Tengo que subir ese risco que veo desde casa, donde se encuentra el parador.
Subir se me pega, así que lo hago al revés.

Esa zona se llama La Lomada, y ahí en la punta de San Cristóbal se encuentra el faro que lleva ese nombre.
Debían de cambiárselo, pues tengo una idea que la iglesia hace años defenestro a ese santo quitándolo del santoral.

Desde allí, como no, se ve el Teide y toda la isla de Tenerife.
Y sobre todo se ve el mar a placer. No hay nada como ver el mar. Me siento como Colon pensando en ir a descubrir lugares ignotos.

En realidad hay dos faros. El antiguo que es eso que sobresale sobre el edificio y esta en desuso. Este fue empezado a construir en 1.900 y en 1.903 se puso en funcionamiento.

Como los tiempos adelantan que es una barbaridad, todo queda obsoleto en un pis pas y hubo que hacer uno nuevo.
Es de 1.978, la torre tiene 15 metros de altura. Hace dos destellos blancos cada diez segundos y tiene un alcance de 21 millas náuticas.

Es uno de los diez mejores faros de Canarias.
La farera es una chica castellana que lleva en la isla muchos años.
Un día paseando con Magui por allí entablamos conversación con ella y acabamos subiendo al faro. Es peor bajar que subir.
No se como nos metemos en esos líos.

Emprendí la bajada andando. En primer lugar paso por una zona de chales con muy buena pinta. En la foto anterior unos dragos hermosos.
Todos mirando al mar y a la isla de Tenerife.
Están cuidados, cosa que no pasa en sus alrededores.

Lo mismo ves un chalet, que un cultivo de patatas, que un vertedero.
Es una verdadera pena porque el lugar es bonito.

Me privan estos balcones de madera. No concibo una casa sin terraza. Le da mucha vida y si encima hace buen tiempo, mejor que mejor.
Aquí arriba, los gomeros, dicen que hace mucho viento, pero yo nunca coincido con el.

Después de un rato llego hasta el parador que domina el pueblo.
Esta justo encima del puerto deportivo. Tiene unas vistas estupendas.
Nunca dormí en el logicamente, pero comiendo estuve muchas veces. Aunque como yo soy más de cosas sencillas como huevos fritos y garbanzos, sudo para pedir algo que no se parezca a los platos de Ferran Adriá.


También se ve el pueblo y la playa donde me baño.
Cuesta abajo da gusto, aunque la cuesta a veces es pronunciada.

Llego a este mirador que esta por debajo del parador. En realidad es un tanque de agua aprovechado como mirador.

A mis pies se extiende el puerto deportivo. Ahí se ven los dos ferrys, el de la Naviera Armas (Volcan de Taburiente) y el de la naviera Fred Olsen, Benchijigua.
Acaban de llegar pues lo hacen sobre las diez menos cuarto y yo salí de casa a las 9 y algo.

Es la mejor hora, aunque ya casca el sol que raja las piedras. Me tuve que poner mi gorrito de turista que es muy floreado. Para que no haya sol hay que pasear a las siete de la mañana.
A veces me cansa tanto sol, me gustaría que amaneciera un día nublado.
En lugar de bajar por la carretera, lo hago por esta rampa.

El ultimo tramo lo hago por las escaleras que hay entre las casas que hay muchas.
Aquí hay que ser un poco cabra. Cuando no subes bajas.

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